coleccionistas
El placer del coleccionista me parece absurdo. El otro día, en una terraza escuchaba a un par de hombres hablar sobre las mujeres que habían tenido, comparaban sus agendas electrónicas y contaban conquistas. La pedicurista recuerda mientras aplica el barniz cuántos amores dejó en Corea. Las mujeres con las que como una vez cada quince días en el club sonríen y dicen "yo tuve un novio que..." y luego se llenan de un gozo idiota.
Los hombres, como el dinero, no son para coleccionarse.
Se gastan y se tiran.
1 Comments:
Hola mujer fatal, va mi admiración cursi y bobalicona.
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